Foto: Diario El Litoral - Santa Fe |
De hecho, en el nosocomio atienden cada año entre 100 y 150 casos y cerca del 90 por ciento se da en los meses de más calor. A su vez, entre 10 y 15 deben derivarse cada temporada al área de cuidados intensivos por las complicaciones que presentan. Así lo indicó el Dr. Osvaldo González Carrillo, de la Unidad de Terapia Intensiva del Alassia.
“En verano tenés más del 90 por ciento de los casos. En invierno son muy pocos, normalmente el alacrán está en hibernación. Salvo que se haga algún arreglo en la casa, o algún movimiento que lo saque de su hábitat” explicó el profesional, quien dejó claro también que los casos que atienden son tanto de la ciudad como de la región.
La población más afectada por las picaduras son los niños pequeños y la localización es en los miembros inferiores. Además, hay una serie de factores que determinan la evolución, y que dependen de la persona infectada, como el peso, el estado nutricional y la presencia de enfermedades.
“El gran riesgo cuando ingresan a terapia tiene que ver con problemas respiratorios y sobre todo cardíacos, porque el veneno es un tóxico cardíaco directo” explicó el Dr. González Carrillo.
Síntomas
- Las picaduras del alacrán se producen en general durante la noche. “Cuando un chico empieza con dolores intensos por la noche en forma brusca, hay que pensar en una picadura” recomendó el Dr. González Carrillo.
- Además de los dolores intensos otros síntomas locales están relacionados con la piloerección (“cuando la piel se pone como de gallina” graficó el médico). Por otra parte, los síntomas generales que derivan de la picadura son vómitos, cefalea, irritabilidad, dolor abdominal intenso, sudoración, palpitaciones, taquicardia, agitación y palidez.
- Frente a la aparición de estos cuadros, la primera medida que se toma es la aplicación del suero, que debe realizarse con la mayor agilidad posible.
El alacrán es un animal de hábitos nocturnos que permanece durante el día en el suelo o entre las cortezas de los árboles, es frecuente encontrarlos en sitios con maderas caídas, escombros, tejas y ladrillos.
Pero también es frecuente divisarlos dentro de las casas en grietas de paredes, pisos, zócalos, huecos de revestimiento de maderas, en desagües que conectan con las cloacas, habitaciones y depósitos sin aireación, detrás de cuadros, bajo los muebles o entre las ropas y los zapatos. Se adaptan a la vida dentro o fuera de los hogares, incluso en departamentos de pisos altos.
Evolución
El Dr. González Carrillo explicó que en Santa Fe los primeros casos de alacranismo se empezaron a dar en los 90’, fueron en incremento hasta hace 4 ó 5 años y desde entonces el número se mantiene estable con “pocos casos en invierno y un aumento importante en verano”. Al respecto, señaló que no tienen clara la procedencia del arácnido, sino tan solo teorías. Lo que si está claro es que la especie que vino es el Tityus trivittatus, la que predomina en la región.
Medidas de prevención
- Mantenga su hogar y alrededores libres de escombros, ladrillos, tejas, leña y maderas.
- Selle grietas y orificios de los revoques de las paredes, sobre todo si son de ladrillo hueco.
- Tape las rejillas de la casa con telas metálicas.
- Utilice insecticidas que sean inocuos para humanos, animales y plantas.
- Revise zapatos y zapatillas antes de calzarse y no dejar ropa tirada, sino debidamente colgada.
- Evite caminar descalzo por las noches en meses de calor, dado que el alacrán tiene hábitos nocturnos.
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