En los últimos diez años creció la forestación en Rusia y China y las áreas de sabanas y matorrales, compensando las perdidas de bosques en zonas tropicales. El estudio ha sido realizado por científicos australianos.
Según un estudio publicado por "Nature Climate Change", pese a la deforestación que se lleva a cabo sobre todo en las zonas tropicales del planeta, la cubierta vegetal en su conjunto se está recuperando gracias al aumento de sabanas, zonas de matorrales y a la reforestación en China y Rusia. Otro factor que está actuando con efectos positivos sobre las áreas verdes es el fenómeno del Niño y la Niña cuyos momentos pico de sequía o de lluvias torrenciales se están reduciendo.
La cubierta vegetal del planeta, formada por bosques, selvas, pastos, matorrales y campos cultivados, absorbe el 25 por ciento del CO2 de la atmósfera, en gran parte proveniente del uso de combustibles fósiles, que es el responsable del calentamiento global. Otro 25 por ciento es absorbido por los océanos.
Pese a la alerta lanzada por la pérdida de áreas forestales tropicales, que es un fenómeno preocupante, un grupo de investigadores de Australia mostró evidencias de que se están recuperando áreas verdes en otras partes del planeta en la última década. Con datos de varios satélites relativos a los últimos 20 años, se comprobó que grandes zonas de Rusia, China, el norte de Australia, el sur de África y hasta el este de Brasil están recuperando el verde.
En Rusia, los bosques han ocupado de forma natural las tierras de cultivo abandonadas tras la caída del comunismo y en China, los proyectos de repoblación masiva de árboles han aportado una cantidad destacada a la biomasa global. Este aporte compensa más de la mitad de la pérdida de carbono provocada por la deforestación tropical.
Otro aporte sustancial ha sido el de las sabanas y áreas de matorral. Aunque su capacidad de capturar CO2 por hectárea es reducida comparada con la de los bosques, se trata de grandes extensiones, especialmente en el emisario sur, que por factores climáticos están más verdes que nunca.
Las sabanas cubren buena parte de Australia, África y el sur de la Amazonia, el Cerrado, una extensión que es mayor todavía si se incluyen las áreas de matorral de las zonas semiáridas. En estos sectores se aprecian cambios que confirman la tendencia a su extensión, aumentando así el aporte en la absorción del CO2 excedente. En efecto, el estudio realizado por los investigadores asegura que la captura neta global aumentó en los últimos años, invirtiendo la tendencia general de pérdida de cubierta vegetal observada, por ejemplo, en los años 90.
Sin embargo, este aumento en el verde del planeta no es suficiente para contrarrestar el fenómeno del cambio climático. Más del 50% de las emisiones procedentes de las actividades humanas permanece en la atmósfera aún después de que la otra mitad sea retirada por la vegetación terrestre y los océanos. La única manera de estabilizar el sistema climático es reducir las emisiones de los combustibles fósiles a cero.
Fuente: www.ciudadnueva.org.ar
Según un estudio publicado por "Nature Climate Change", pese a la deforestación que se lleva a cabo sobre todo en las zonas tropicales del planeta, la cubierta vegetal en su conjunto se está recuperando gracias al aumento de sabanas, zonas de matorrales y a la reforestación en China y Rusia. Otro factor que está actuando con efectos positivos sobre las áreas verdes es el fenómeno del Niño y la Niña cuyos momentos pico de sequía o de lluvias torrenciales se están reduciendo.
La cubierta vegetal del planeta, formada por bosques, selvas, pastos, matorrales y campos cultivados, absorbe el 25 por ciento del CO2 de la atmósfera, en gran parte proveniente del uso de combustibles fósiles, que es el responsable del calentamiento global. Otro 25 por ciento es absorbido por los océanos.
Pese a la alerta lanzada por la pérdida de áreas forestales tropicales, que es un fenómeno preocupante, un grupo de investigadores de Australia mostró evidencias de que se están recuperando áreas verdes en otras partes del planeta en la última década. Con datos de varios satélites relativos a los últimos 20 años, se comprobó que grandes zonas de Rusia, China, el norte de Australia, el sur de África y hasta el este de Brasil están recuperando el verde.
En Rusia, los bosques han ocupado de forma natural las tierras de cultivo abandonadas tras la caída del comunismo y en China, los proyectos de repoblación masiva de árboles han aportado una cantidad destacada a la biomasa global. Este aporte compensa más de la mitad de la pérdida de carbono provocada por la deforestación tropical.
Otro aporte sustancial ha sido el de las sabanas y áreas de matorral. Aunque su capacidad de capturar CO2 por hectárea es reducida comparada con la de los bosques, se trata de grandes extensiones, especialmente en el emisario sur, que por factores climáticos están más verdes que nunca.
Las sabanas cubren buena parte de Australia, África y el sur de la Amazonia, el Cerrado, una extensión que es mayor todavía si se incluyen las áreas de matorral de las zonas semiáridas. En estos sectores se aprecian cambios que confirman la tendencia a su extensión, aumentando así el aporte en la absorción del CO2 excedente. En efecto, el estudio realizado por los investigadores asegura que la captura neta global aumentó en los últimos años, invirtiendo la tendencia general de pérdida de cubierta vegetal observada, por ejemplo, en los años 90.
Sin embargo, este aumento en el verde del planeta no es suficiente para contrarrestar el fenómeno del cambio climático. Más del 50% de las emisiones procedentes de las actividades humanas permanece en la atmósfera aún después de que la otra mitad sea retirada por la vegetación terrestre y los océanos. La única manera de estabilizar el sistema climático es reducir las emisiones de los combustibles fósiles a cero.
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